jueves, abril 20, 2006

Como volver a Manderley

Mi padre me llevó al aeropuerto. Recuerdo el viaje en coche perfectamente porque yo estaba entre nerviosa asustada... parecía que me llevaban al matadero a pesar de que fui yo la que me empeñé en hacer ese viaje.

Y en el mostrador, enseñando mi billete y mi DNI. Y mi maleta empezó a andar en aquella cinta... pensé que no volvería a verla.

Mi padre me acompañó hasta donde pudo pasar y nos despedimos. Le di un beso de despedida y me dí rapidamente la vuelta para que no me viera llorar. Salía de allí para emprender una nueva vida. Y tenía muchos temores, pensando que fracasaría en mi empeño.

El viaje en avión duró lo que tenía que durar, después de coger tantos vuelos y tantos retrasos, ese salió puntual, como si alguien se empeñara en que no debía de seguir en mi ciudad ni un minuto más.
Y llegué... y por fin puse un pie en aquella ciudad que me había robado el sueño meses atras.

Sólo recuerdo que estaba tan nerviosa, tan temerosa de no saber desembolverme en aquel pais con aquel idioma tan desconocido. Esperé pacientemente mi maleta, allí donde las pantallas indicaban porque si hubiera tenido que preguntar, quizá nunca la hubiese encontrado.
La cogí y con mi mochila en los hombros, salí en busca de un letrero que anunciara mi salida de allí y mi comienzo en aquella nueva ciudad.
Por suerte tuve la lucidez de aprender a decir "Salida" en aquel idioma, antes de coger el avión, para evitar meterme en el cuarto de los trastos o en el baño.

Entonces empecé a reconocer algunas cosas, y no porque hubiera estado allí en una vida anterior, si no porque toda aquella información buscada durante semanas en internet, de aquella ciudad, de aquel aeropuerto, me servía para algo.
Encontré el bus que me llevaría al centro ciudad. Un autobus con 6 paradas, sin idea alguna de cual sería la mía, pero lo cogí, aún temblorosa.

Me senté en el lado de la ventana. Creo que me tenía que presentar a la ciudad y ella tenía que presentarseme a mi. Y el bus arrancó, y allí ibamos.
Encendí el móvil y empecé a recibir mensajes: - Animo y mucha suerte. - Te va a ir fenomenal. -Te quiero y ya te echo de menos. -¿Y mi jersey? (ejem, de mi hermana)...

Y entonces estallé a llorar, pero no era un lloro como los años anteriores de angustia y desesperación, este era una mezcla de miedo a lo desconocido y emoción por estar allí, contra todo lo que se esperaba de mi.
Fui mirando por la ventanilla de lo que iba a ser la ciudad donde iba a habitar por una temporada, observando su magnitud, pensando si algún día podré conocerla entera, si sabré moverme por ella con la misma destreza con la que me movía por aquella que acaba de dejar... y en la quinta parada, como si el corazón me hubiera dado un vuelco para decirme que era esa, cogí mi mochila y mi maleta y me bajé.

Y ahí estaba yo, por fin, rodeada de grandes edificios, con un travía pasando por mi derecha, viendo unas grandes pantallas anunciando un producto de belleza en un idioma desconocido para mi, pero que intuía las propiedad de tal producto.
Con un calor asfixiante a pesar de que días anteriores por internet me había leido que helaba, y yo, con mis pantalones de pana, mi jersey de cuello vuelto y mi abrigo de Zara, me sentía cual Paco Martinez Soria, en cualquiera de sus películas.

Tras minutos de embobamiento, decidí ir a la búsqueda de un taxi, puesto que era la única manera que tenía segura de llegar al hotel donde había reservado la primera noche antes de ponerme en la búsqueda de piso donde habitar [...]

Este relato que cuento aquí es mi primer día de beca Erasmus. Eran tantas las emociones de aquel día, que lo recuerdo como si fuera ayer, a pesar de los años transcurridos. Aún hoy en día, me emociono de recordarlo y de transcribirlo.

Reproduccion en curso: "You never walk alone"

martes, abril 11, 2006

Merecidas vacaciones

Pues por fin, aunque hace un par de meses parecía que este día no iba a llegar, a llegado, y esta tarde, por fin echo la llave a la oficina y me voy hasta el jueves que viene (porque una, ya que se coge vacaciones, se las coge bien cogidas).

Que no dispongo apenas tiempo de estar en las colas de operaciones salida, estar en sitios muy masificados ni de que se me estropeen 4 días por el mal tiempo. Así que siguiendo la estadística, si en estos sitios llueve poco... en 8 días digo yo que me encontraré alguno de sol.

Y me voy... a un lugar donde se me permita descansar, relajarme, divertirme, reirme y de paso algo de cultura y mucha lectura que nunca vienen mal.

A pesar de que el tiempo no vaya a ser muy alentador este fin de semana, se pronostican lluvias en toda España, yo me voy, porque a mi no me para ni un diluvio.

Más de una semana sin ver faxes, mails de trabajo, sin telefono de centralita, sin discusiones con los jefes, sin agobios, prisas, sin sandwiches a prisa y corriendo para comer, sin madrugones, sin responsabilidades.
Creo que soy una chica con suerte y que las aprovecharé a fondo, porque las próximas vacaciones no sé cuando llegarán, ni las situaciones que se me plantearan.

A todos los que os vayais, que lo paseis bien, si cogeis el coche, tened cuidado, que no hace falta correr para llegar a los sitios, a los que no os moveis de vuestra casa, que descanseis y a los que no tengais vacaciones... mucho animo, porque ya os quedara poco para tener las vuestras.

Saludos y hasta mi regreso.

martes, abril 04, 2006

Le parapluie

Cerrad los ojos y escuchad... Me acompañan Yann Tiersen y Natacha Regnier

(reproducción en curso)

"Il pleuvait fort sur la grand-route,
Ell' cheminait sans parapluie.
J'en avais un, volé, sans doute
Le matin même à un ami ;
Courant alors à sa rescousse,
Je lui propose un peu d'abri.
En séchant l'eau de sa frimousse,
D'un air très doux, ell' m'a dit " oui ".
Chemin faisant. que ce fut tendre
D'ouïr à deux le chant joli
Que l'eau du ciel faisait entendre
Sur le toit de mon parapluie !.
J'aurais voulu, comme au déluge,
Voir sans arrêt tomber la pluie,
Pour la garder, sous mon refuge
Quarante jours, quarante nuits.
Mais bêtement, même en orage,
Les routes vont vers des pays ;
Bientôt le sien fit un barrage
A l'horizon de ma folie !
Il a fallu qu'elle me quitte.
Après m'avoir dit grand merci,
Et je l'ai vu', toute petite,
Partir gaiement vers mon oubli...
RefrainUn p'tit coin d' parapluie,
Contre un coin d. paradis.
Elle avait quelque chos' d'un ange,
Un p'tit coin d' paradis,
Contre un coin d'parapluie,
Je n' perdais pas au chang', pardi"

No se me he enamorado de la canción en sí o de los recuerdos a los que me lleva. Lo que tengo claro es que hoy siento que los ojos me brillan más ayer...

Besitos desde este pequeño rincón